Los fabricantes de vehículos dan gran importancia a la seguridad, por este motivo invierten gran cantidad de recursos humanos y económicos en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.

Actualmente dentro de la seguridad de los vehículos podemos hablar fundamentalmente de dos tipos: SEGURIDAD ACTIVA Y PASIVA.

La seguridad activa es aquella que abarca todos los sistemas del vehículo que nos ayudan a evitar accidentes. Está compuesta principalmente por el sistema de frenos, neumáticos, la dirección y las luces.

La seguridad pasiva es un conjunto de elementos que tienen como finalidad guardar la integridad y disminuir los daños físicos a los que están sometidos los ocupantes del vehículo una vez que ha ocurrido el accidente. Está compuesta por carrocería, airbags, cinturones de seguridad y parachoques.

En la seguridad activa, uno de los sistemas de mayor importancia son los frenos. Sin este estaríamos ante un auto capaz de viajar, pero no de detenerse a tiempo. El sistema de frenos está compuesto por pocos y muy localizados elementos, razón ésta que lo convierte en uno de los más eficaces del automóvil, pero al mismo tiempo en uno de los más críticos, precisamente por la importancia que cada uno de sus componentes tiene en el conjunto. Este sistema se utiliza continuamente, por lo que está sometido a un desgaste notable. Para que funcione correctamente hay que controlarlo de manera periódica.

Los frenos de nuestro vehículo son el principal sistema de seguridad del que gozamos en nuestro automóvil. El mantenerlo en condiciones óptimas de funcionamiento y servicio debe ser nuestra principal responsabilidad, ya que un sistema defectuoso no sólo pone en riesgo nuestra vida, sino además la del resto de personas.