• Examine la condición en la que se encuentra la superficie del tambor de freno. En caso de que esta presente surcos, fisuras o síntomas de recalentamiento, es necesario rectificarla. La rectificación de un tambor de freno puede realizarse siempre y cuando el diámetro interno se encuentre dentro de los límites de tolerancia especificadas por el fabricante.
  • Es necesario verificar el correcto estado de rodillos, raches, resortes y demás partes que constituyen el sistema de frenos. El incorrecto funcionamiento de cualquiera de estas partes puede traer consecuencias como poca duración, ruido, vibración, recalentamiento, etc.
  • Uno de los principales enemigos de los materiales de fricción son los derivados de petróleo (aceites, grasas, gasolina, diesel, etc.). Debemos evitar al máximo el contacto de las zapatas de freno con cualquiera de estos elementos, ya que una zapata contaminada puede traer problemas de baja duración y ruido.
  • Debe evitarse realizar adaptaciones en el sistema de frenos (cambio de cámaras, adaptación de tambores, etc.) Cuando una adaptación vaya a ser realizada, debe respetarse todos los parámetros técnicos del vehículo o contar con la asesoría de un experto en el tema.
  • El exceso de velocidad o incremento indebido de la capacidad de carga del vehículo trae como consecuencia que el sistema de frenos se someta a esfuerzos de presión y temperatura excesivos, lo que repercute directamente en una baja duración del material de fricción.
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