Cuando se trata de la seguridad en el frenado, la calidad del líquido de frenos es de decisiva importancia. Debido a que el líquido de frenos es higroscópico (propiedad de absorber humedad del ambiente), con las altas temperaturas que soportan los sistemas de freno, hay peligro de formación de burbujas de vapor, y la consecuente falla en el sistema de frenos.
Si el líquido no posee un adecuado punto de ebullición, y este pasa al estado gaseoso, al accionar el pedal de freno la respuesta no es inmediata debido al retraso que ocasiona comprimir los gases que se formaron. Esta es la causa de muchos accidentes inexplicables ya que el vehículo queda momentáneamente sin frenos hasta que la temperatura del sistema vuelva a descender.
Al igual que otros componentes como el agua y el aceite de motor, el líquido de frenos tiene una vida útil limitada.

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